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viernes, 3 de diciembre de 2010

TORRE DEL ORO.-




Fue construida entre 1220 y 1221 por orden del gobernador almohade de Sevilla, Abù l-Ulà, con una base dodecagonal. Cerraba el paso al Arenal mediante un tramo de muralla que la unía con la Torre de la Plata, que formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar. Existe una tradición de que para impedir la entrada al puerto fluvial, se extendió desde su basamento una gruesa cadena sobre el río hasta la Torre de la Fortaleza (destruida en la actualidad), situada al otro lado del río, en el actual barrio de Triana; dicha leyenda es falsa ya que la La Calle Fortaleza en la orilla de Triana recibe ese nombre en el s.XIX, anteriormente denominada Calle Limones, por otro lado y con más acierto, en las Cronicas realizadas por Alfonso X el Sabio, donde describe al detalle la toma de la ciudad de Sevilla, sólo se menciona una cadena, la que sujetaba el conjunto de barcas del puente que unía la ciudad con el Castillo conocido posteriormente de San Jorge, en la orilla de Triana. Río arriba, impedía el paso el llamado puente de barcas.

La flota castellana mandada por Ramón de Bonifaz rompió el puente en 1248 remontando el río por el otro brazo, antes de que las tropas de Fernando III de Castilla asaltaran la ciudad.[11]
Tras ser conquistada, se utilizó como capilla dedicada a San Isidoro de Sevilla. Después se utilizó como prisión.[12]

La Torre del Oro.En el siglo XVI presentaba un estado ruinoso, por lo que se realizó una obra de consolidación. La torre fue dañada gravemente por el terremoto de Lisboa de 1755, tras lo cual el Marqués de Monte Real propuso su demolición para ensanchar el paseo de coches de caballos y hacer más recto el acceso al puente de Triana; sin embargo, ese proyecto no llegó a realizarse por la oposición del pueblo de Sevilla, que llegaron a anunciárselo al rey, quien intervino. En 1760 se arreglaron los desperfectos macizando la planta inferior de la torre, reforzándola con escombros y mortero, y dejando la puerta del paso de ronda de la muralla como puerta de acceso principal. Ese mismo año se construyó el cuerpo cilíndrico superior, obra del ingeniero militar Sebastián Van der Borcht, artífice también de la Real Fábrica de Tabacos. Estas obras cambiaron el aspecto de la torre respecto al que puede observarse en grabados de los siglos XVI o XVII.
La Revolución de 1868 fue otro momento crítico para la torre, pues los revolucionarios demolieron los lienzos de las murallas y los pusieron en venta, pero la oposición de los hispalenses logró que la torre no se destruyera.
Fue restaurada en 1900 por el ingeniero Carlos Halcón.[13]

El 21 de marzo de 1936 se dispuso la instalación en la torre el Museo Marítimo por orden del Ministerio de Marina. En septiembre de 1942 comenzaron las obras de restauración, durante las cuales se mejoraron el aspecto de la fachada y se habilitaron dos plantas para la exhibición del museo y la tercera para alojar investigadores. El museo se inauguró el 24 de julio de 1944, para lo cual se llevaron 400 piezas del Museo Naval de Madrid. El museo muestra en la actualidad (2008) diversos instrumentos antiguos de navegación y maquetas, además de documentos históricos, grabados y cartas náuticas; y relaciona de Sevilla con el río Guadalquivir y el mar.[4]
En 2005 fue nuevamente restaurada.



REALES ATARAZANAS .-

Las Atarazanas Reales de Sevilla se crean poco después de acabada la toma de la ciudad a los musulmanes (año 1248) por el rey Don Fernando III de Castilla, cuando su hijo Alfonso X decide en el año 1252 la edificación de unas Reales Atarazanas para la construcción de galeras, en unos terrenos fuera del recinto amurallado y cerca del río, en la zona comprendida entre la Torre del Oro, la Torre de la Plata, y las Puertas del Carbón y del Aceite.

Por ello, en el Arenal de Sevilla se levantaron 17 enormes naves de fábrica de ladrillo en sentido perpendicular al Río Guadalquivir y delante de la cerca almohade de la ciudad, donde los carpinteros de ribera se esforzaban en la construcción de barcos, los pescadores y almacenistas se dedicaban a la salazón del pescado, y los comerciantes a sus mercancías; sirviendo a partir del siglo XVIII como fábrica y depósito de artillería, y siendo el Ejército el último de los grandes inquilinos en la historia de estas Reales Atarazanas sevillanas, hasta casi finales del siglo XX.

Arquitectónicamente se trata de una enorme obra gótica y mudéjar realizada toda ella en fábrica de ladrillo, que muestra del influjo del arte almohade en las construcciones medievales en la ciudad, y donde asombran las enormes dimensiones de sus anchas y largas naves cubiertas por bóvedas de arista, apropiadas para la construcción de los mayores barcos de la época. Estas naves se comunican lateralmente a través de gruesos arcos ligeramente apuntados y enfrentados entre sí que arrancan directamente desde el suelo, y que en su conjunto provocan en su interior perspectivas de una insólita belleza.

Tan gran empresa representa el testimonio de lo que hoy es uno de los edificios civiles más singulares de Sevilla, y que desde el siglo XIII hasta nuestros días ha ido soportando las transformaciones propias de un ente vivo y en continua evolución.

A lo largo de su historia las Atarazanas Reales han sufrido transformaciones importantes, quedando en la actualidad sólo siete de aquellas diecisiete naves originales. La primera de las grandes intervenciones se realiza en 1641 para la construcción del Hospital de la Caridad y su iglesia, realizándose para ello obras en cinco de sus naves; y la segunda, de mucho mayor impacto, mucho más recientemente para la construcción del actual edificio de la Delegación de Hacienda.

El primer asentamiento de las dependencias artilleras en las Atarazanas data de 1587, en tiempos de Felipe II; sin embargo no es hasta 1719 cuando se disponen cinco naves para el almacenamiento de material de artillería. Más tarde, en 1762 comienzan las grades reformas del Cuerpo de Artillería, siendo el primer paso para que en este edificio Sevilla cuente con un gran depósito de carruajes y pertrechos para suministrar a las tropas, que acabó traduciéndose en una ampliación en la capacidad de talleres y almacenes, con la anexión de dos naves más, que completan las siete actuales.

En 1782, las Maestranzas de Cádiz y Málaga se funden en la de Sevilla, quedando ésta como abastecedora única para Andalucía y Extremadura; y un año más tarde, también para la América hispana, lo cual conlleva una nueva operación arquitectónica que configura el edificio y su emblemática fachada tal como hoy se ve.

Bien de Interés Cultural, las Atarazanas Reales están catalogadas como Monumento Nacional a raíz de su publicación en el BOE del año 1969.

En 1993 pasan a ser propiedad de la Junta de Andalucía, realizándose por la Consejería de Cultura obras de rehabilitación hasta 1995. El interior de este espectacular recinto ha sido recuperado como marco para actividades culturales de la ciudad, del tipo museístico o musicales entre otras.





MUSEO DE CARRUAJES DE SEVILLA (ANTIGUO CONVENTO DE LOS REMEDIOS)




El edificio en el que está ubicado el museo fue fundado en 1574 por los Carmelitas descalzos. Permanecieron en él hasta 1835, fecha en la que lo abandonan definitivamente tras la Desamortización de Mendizábal, pasando el convento a manos seculares y siendo utilizado como almacén de maderas, casa de vecinos, etc.
En 1928 Rafael González Abreu compra el edificio con el fin de convertirlo en la sede de la fundación que lleva su nombre y del Instituto Hispano-Cubano de Historia de América. Lo restauró y adaptó, dividiendo toda la iglesia en dos plantas, la baja con entrada por el ajardinado de la actual Plaza de Cuba y la superior con acceso desde Juan Sebastián Elcano, aprovechando unas majestuosas escaleras dobles que llevan a la parte de Investigación. A la nave total se le anejan dependencias tales como la Secretaría, la Dirección y el Salón de Lectura.

Durante la Guerra Civil el edificio fue ocupado por maleantes y se quemaron libros y documentos de sus fondos. El edificio estuvo en el olvido hasta que en 1992 se decidió instalar allí un centro de información turística sobre la Exposición Universal. En la actualidad, la sede del Instituto sigue ubicado en la planta superior del edificio, mientras que la planta baja acoge al Museo de Carruajes.

GRUPO CONOCER SEVILLA CORIA DEL RIO 2010-2011



Vistas de Sevilla desde la calle Betis.